Evolución e importancia de la logística dentro de la empresa

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Todos conocemos el término logística muy habitual dentro de la industria y asociado a las empresas. Siendo como es, un término de cuño milenario, su evolución ha sido más que notoria en los dos últimos siglos.

Fueron las campañas militares de la antigua Roma las precursoras en el campo: aprovisionamiento y trasporte de alimentos y armas durante la guerra. La gestión que los romanos hacían en esos tiempos, debió resultar en extremo eficaz. Solo hay que revisar la historia para comprobar cuantas campañas ganaron estos locos romanos.

No fue hasta el siglo XIX que se acuñó el término hoy de sobra conocido. Su origen se encuentra asociado con las guerras, ya sean las campañas romanas o las más recientes guerras libradas durante el siglo XIX o XX. Una buena gestión logística aseguraba a los soldados una buena provisión de víveres y armamento. Ni que decir tiene que en esos momentos, una buena logística, era fundamental.

Actualmente, en pleno siglo XXI, afortunadamente, la asociación que se hace cuando se menciona la palabra logística va más allá de sus orígenes belicosos. Hoy día, hablar de logística, es hablar de trasporte, almacenaje, suministros etc. La gestión de las mercancías en todos sus aspectos, es la finalidad de la logística. El diccionario de la RAE deja muy claro el concepto: «conjunto de medios y métodos necesarios para llevar a cabo la organización de una empresa o de un servicio, especialmente de distribución».

En palabras más mundanas, el concepto de logística hace referencia a todas y cada una de las fases que se suceden desde la fabricación de un determinado producto hasta su distribución final. Abarcando el trasporte, almacenaje y la planificación de los pedidos.

Con el e-comerce en pleno auge y expansión continuo, la logística debe funcionar sin un mínimo margen de error. Al menos, eso nos han contado los amigos de Git Doc Logística, expertos en la materia.

Sin confundir el término con la cadena de suministro, puesto que la logística es un eslabón más de esta extensa cadena, hay que determinar su importancia. Dentro de esta cadena, contar con una buena gestión logística determina en muchos casos el éxito de la empresa.

El nexo entre empresas

El objetivo final de la logística es convertirse en el nexo que une dos partes de la cadena de suministro y las empresas que formen parte de la misma. Ha de encargarse de que se cumplan dentro del tiempo estipulado, todas las etapas de las que consta el servicio.

Sus funciones pueden desglosarse en cuatro apartados bien definidos y complementarios entre sí. La logística, debe funcionar como un perfecto engranaje que se mueve propulsado por el anterior.

En primera instancia encontramos el aprovisionamiento de la mercancía. La gestión del control de stock en el almacén, la recepción, sincronizar las diferentes ubicaciones y procesar los pedidos, son parte de esta primera etapa de la logística.

Referente a la producción, muchos de los procesos de fabricación se llevan a cabo en los almacenes. Dentro de la logística se realizan montajes de productos o se realizan tareas para aportar un valor añadido al producto.

Una vez el producto se ha almacenado en las condiciones necesarias, llegan los pedidos. La preparación de estos, es tarea del departamento logístico. Confirmar pedidos, preparar la expedición, cargar la mercancía y asegurar que esta se entregue dentro del tiempo previsto y en las condiciones óptimas.

Dado el ya citado auge del e-comerce, las tareas de la logística continúan en el sistema de post venta. La gestión que se debe realizar para la devolución y cambio de artículos es un sobre coste en tiempo y dinero que lleva a cabo el sector de la logística. La eficiencia y la calidad, son vitales para que el sobre coste se minimice.

Las siete C

Gestionar todo lo referente a este sector, tiene dos objetivos finales: ofrecer una garantía de calidad de servicio al cliente y reducir al mismo tiempo, los costes que acarrean estos procesos a una empresa.

Una de las estrategias mas utilizadas para garantizar que se cumplan estos objetivos es la metodología siete C. La C implica correcto y con estos siete factores que vamos a enumerar, implantados de forma correcta, se alcanzan los objetivos previstos.

  • Producto correcto. Tiene en cuenta que la calidad de la mercancía es la adecuada y por tanto, el punto de partida para que todo el proceso funcione. Si el producto no es el adecuado, el proceso acabará antes de empezar.
  • Cantidades correctas. Un efectivo control de stock es fundamental para que el producto llegue al cliente en el momento adecuado. Evitar la rotura de stock es la clave para que el proceso fluya. De nada vale preparar un pedido, si a la hora de gestionarlo te faltan unidades.
  • Condiciones correctas. El equipo logístico debe conocer las condiciones en las que se encuentra la mercancía en todo momento. Estas condiciones deben ser óptimas tanto en el almacenaje como en el trasporte. Deben llegar a su destino en perfecto estado.
  • Almacenaje correcto. La propia empresa debe considerar el layout del almacén según la mercancía que vaya a ubicar en el mismo. Evidentemente, las condiciones en las que se encuentre el almacén deben ser las adecuadas a cada tipo de mercancía y encontrarse en perfecto estado.
  • Tiempo correcto. Este punto marca con mucho el éxito de todo el proceso anterior: la entrega a tiempo. Los retrasos inducen en gastos para la empresa, además de la inconformidad del cliente.
  • Cliente correcto. Sobra decir que un error de dirección en la entrega, no beneficia en nada a la empresa. La devolución de un pedido y el posterior proceso de nueva entrega, no solo genera mayor gasto, el cliente no estará contento. Mas si se trata de grandes clientes, con grandes pedidos.
  • Coste correcto. Garantizar la calidad en los procesos logísticos es tan importante como reducir todo lo posible los gastos que genera el proceso.

Cumplir estas, aparentemente sencillas, pautas, contribuye en gran medida a un correcto (aquí va la octava C) desarrollo del proceso. La excelencia es un objetivo en todos los servicios de logística; actualmente, en la mayoría de las empresas, se cumplen estos objetivos.

Un camino por recorrer

Aun habiendo sufrido constantes cambios en la forma de trabajar esos procesos logísticos, la evolución de la logística, sigue imparable. La logística 4.0 ha llegado a los almacenes y empresas que se encargan de todos estos procesos.

La tecnología y la digitalización se encuentran en todas partes. El día a día está determinado y condicionado en gran medida por el uso de la digitalización que ha provocado innumerables cambios en la sociedad actual. Este hecho no es ajeno al sector de la logística.

La adaptación del sector a la digitalización de los datos, la interconexión de los diferentes sistemas utilizados y el uso de las aplicaciones y almacenaje de datos en la nube, están a la orden del día.

Estos cambios, tienen como objetivo principal que la industria se adapte plenamente a las necesidades del cliente, cada vez, más demandante de estos servicios. La logística 4.0 nace con la intención de inducir una mejora en la distribución, generar una mayor eficiencia en cuestiones de almacenamiento y preparación de los pedidos y reducir, más si cabe, los tiempos de entrega del producto.

La evolución que ha sufrido la logística a lo largo de estos siglos, no tiene parangón. Adaptándose a los cambios, los tiempos, la sociedad y la tecnología, podemos pensar que los servicios seguirán mejorando continuamente y alcanzarán la excelencia en cada una de las partes del proceso.

 

 

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