Hablar sobre la Educación siempre es polémico porque cada persona la entiende de una manera y cree que los factores para conseguir que sea de calidad son unos u otros. Es evidente que en un país como España parece difícil ponerse de acuerdo en lo que respecta a este asunto y es una verdadera lástima que así sea, porque los que terminan pagando las consecuencias siempre son los más pequeños, aquellas personas que están empezando a labrar su futuro y que no encuentran la ayuda necesaria entre las administraciones públicas que se supone que tienen que facilitarles la tarea.
Sin embargo, hay algo relacionado con la Educación que parece que sí ha sido compartido por todas las administraciones e incluso por todos los grupos políticos del Congreso, el Senado y las Comunidades Autónomas. Hablamos de la necesidad de volver a las aulas que se ejecutó el pasado mes de septiembre y que significaba que el parón ocasionado en el mes de marzo a causa del coronavirus llegaba a su fin. Todo el mundo comprende que los niños necesitan ir a clase para continuar formándose y ese ha sido el objetivo en todos los puntos de nuestra geografía.
Es evidente que la vuelta al cole y al instituto en este curso no ha sido la que cabría esperar en un curso normal. Ha sido más necesario que nunca cuidar de las medidas de seguridad para evitar contagios y hacer que los más pequeños puedan continuar con sus estudios con la máxima de las seguridades. A tal efecto, son muchos los colegios e institutos que han necesitado adquirir un elemento como las taquillas. La importancia de las taquillas reside en el uso individual que cada alumno hace de su espacio, lo cual evita que se pueda propagar todavía más la COVID-19. Este es el motivo por el que, según nos cuentan desde Taquicel, taquillas escolares, el 2020 fue el año en el que más creció la demanda de estos objetos.
La verdad es que es un acierto que se hayan adquirido taquillas para reforzar la seguridad de los alumnos. Hay que recordar que todo lo que sea evitar contagios en las aulas también irá en beneficio de las familias, puesto que un contagio entre uno de los niños podría suponer el contagio del núcleo familiar entero. Cualquier medida de seguridad es bienvenida en un momento en el que debemos tener más cuidado que nunca con nuestra salud.
La pandemia, a pesar de todo, genera complicaciones entre los estudiantes
Huelga decir que, a pesar de las medidas que se están tomando, no está siendo un curso normal y que eso está generando una serie de complicaciones a los estudiantes. Se trata de complicaciones que, desde luego, afectan a su manera de trabajar y aprender y que, además, afectan a su estado de salud psicológica. No es fácil concentrarse en un momento en el que es bastante probable que tengamos a alguien de nuestra familia contagiado o incluso en una UCI.
Una noticia que fue publicada en la página web de La Información aseguraba que hay estudiantes que se consideran “medio estudiantes” y comenta que el modelo híbrido entre la educación presencial y la online no termina de cuajar. Este puede ser uno de los grandes riesgos de la generación de estudiantes actual y a la que ya hay quien la considera “la generación perdida”, si bien es cierto que, en nuestro país, parece que somos expertos en lo que tiene que ver con acumular generaciones perdidas a tenor de lo que viene sucediendo en los últimos años.
En España hay un montante superior a los 28.000 colegios (entre públicos, concertados y privados), según una información del Diario de Navarra y, en todos ellos, la situación a día de hoy no va a recuperar la normalidad. Y tampoco lo va a hacer de cara a la recta final de este curso. Dependemos de una vacuna que se está administrando lentamente y que, al menos, tardará un año en llegar a los niños. Es evidente que eso responde a algo y que, lógicamente, implica que son las personas con más riesgo las que tienen las vacunas antes. Pero que nadie piense que, aunque los jóvenes sean menos propensos a sufrir las consecuencias físicas del virus, no están notando las causas de la pandemia en su educación.
Tarde o temprano recuperaremos la normalidad más absoluta y la valoraremos mucho más que en cualquier otro momento de la Historia por razones lógicas. Hasta entonces, toca aguantar y resistir de la mejor manera posible. Sabemos que no es fácil y que mucha gente no lo está pasando nada bien, pero desde luego, es evidente que llegarán momentos mejores y en los que, al echar la mirada atrás, comprobemos el ejercicio de supervivencia que hemos realizado, sintiéndonos muy orgullosos de él.