Una visita en verano al pueblo es, sin duda, una colección de recuerdos y de nostalgia. Hacía más de 5 años, un lustro, que no acudía al lugar donde yo acudía todos los veranos para estar con mis abuelos. Un pueblo de Valladolid llamado Matapozuelos. Allí nacieron mis padres y ahora, aunque tenemos casa, apenas lo piso por cuestiones de trabajo y familiares. Pero en esta ocasión, he logrado hacer un hueco de tres días y regresar a mis raíces. No faltaron las cenas en las peñas, los caminos por el río y por supuesto, la visita a la piscina.
La piscina de mi pueblo tiene para mí un recuerdo especial. Cuando eras chico no dudabas en ir allí. Pedías a tus padres el dinero para el abono, en mi caso recuerdo que valía 2.000 de las antiguas pesetas, y ya tenías el pasaporte para un verano intenso. Por la mañana estaba allí sobre las 12, un chapuzón mañanero y a comer. A las 4 de la tarde, volvevías con tus amigos. Allí estabas con tu toalla, tus gafas de bucear y la merienda de tu madre. Si habías tenido suerte, con algo de dinero para poder comprarte un helado.
Recuerdo como en el césped jugábamos a las cartas. En esa época no había móviles, ni tablets, ni redes sociales ni toda la tecnología moderna que nos está poniendo la cabeza como un bombo. De ahí que me encanten los hoteles donde no hay wifi y estás desconectado.
Pero la piscina de mi pueblo ha cambiado. Comprobé como las nuevas tecnologías han conquistado el terreno del cara a cara. Ya no se habla, ya no se comparten risas.
Pero también ha cambiado el aspecto físico de la piscina. Recuerdo que hace muchos años era de lo más normal, incluso con algunas zonas con defectos. Pero ahora es un lujo mirarla. Me comentó el dueño de la piscina, un buen amigo mío, que se había puesto en contacto con la empresa Piscinas DTP que son expertos en estas lides y en las últimas modas en piscina.
Nuevos estilos
Ahora en mi pueblo se puede disfrutar del modelo Topacio, que es una maravilla. Y es que como me dijo mi amigo, y me hizo mucha gracia. “Sus líneas curvas muestran la distinción y perfección de este sector”. Está instalado el modelo Topacio 8, que comienza con una profundidad de 1 metro, en el que van incorporados los escalones, hasta finalizar con una profundidad de 1´75 metros. Estas piscinas prefabricadas tienen una longitud de 8 x 4 metros de ancho, una distancia perfecta para lugares del tamaño de mi pueblo.
Además, también cambiaron la piscina para los más pequeños. Llamada Java, que tiene una profundidad de 1’30 metros. Su longitud es de 3’06 x 3’06 metros de ancho, al más puro estilo jacuzzi. La verdad es que una gozada para los renacuajos. Me gusto regresar a la piscina y comprobar estos cambios, que en este aspecto, sí son a mejor.
Lo que esté claro, y espero que no se pierda, es que son buenos tiempos para las piscinas, ya sea en fincas privadas o a nivel público, pero no se puede perder este tradición. Seguro que tú también tienes muy buenos recuerdos de las piscinas. ¿Verdad?