Agentes dela propiedad inmobiliaria

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Aunque parezcan lo mismo, no lo son. Una cosa es el API y otra, el asesor o agente inmobiliario. Es fácil encontrarse agentes inmobiliarios en cada esquina, de hecho cada agencia inmobiliaria tiene unos cuantos profesionales del sector a disposición de los clientes. Ahora bien, el mero hecho de trabajar en una agencia inmobiliaria o dedicarte a la compra venta de inmuebles no te convierte en un API. Estas siglas, se corresponden con los agentes de la propiedad inmobiliaria, que no son agentes inmobiliarios sin más.

Con total seguridad habrás visto alguna vez estas siglas en las diferentes agencias inmobiliarias sin reparar demasiado en ellas. Los API no son unos nuevos profesionales, se trata de agentes inmobiliarios registrados, como veremos más adelante, quizá es más reciente la profesión de agente inmobiliario al uso. En los últimos años, se ha puesto un nombre más que adecuado a infinidad de profesiones no cualificadas como el vendedor de la inmobiliaria, ahora agente o asesor; o los que se dedican a la limpieza que son auxiliares u operarios, por citar ejemplos sencillos.

Sin embargo, dentro de todos los sectores, incluido el inmobiliario, existen profesionales preparados y formados para ejercer su labor. En el caso del sector de la vivienda, se trata de los API, agentes de la propiedad inmobiliaria. Con la finalidad de conocer un poco más de cerca a estos profesionales y los servicios que prestan, escribimos este artículo. Para ello, hemos contado con la colaboración de Your Home experta API con una dilatada experiencia en el sector. Así que si alguna vez te has preguntado a que hacen referencia estas siglas en las agencias inmobiliarias, sigue leyendo. Además de acercarte a esta figura profesional, añadiremos información sobre lo necesario para sacarte la titulación.

Agentes titulados y cualificados

Seguramente pocas personas se han planteado alguna vez que se necesita para dedicarse a vender o alquilar viviendas. Damos por hecho que con tener facilidad de palabra y dotes de comercial, es suficiente. En principio, así es. Sin embargo, como todo en esta vida, se puede aprender a ser un agente inmobiliario de forma oficial. De hecho los API, agentes de la propiedad inmobiliaria son profesionales que disponen con la acreditación correspondiente y forman parte del colectivo de APIS Inmobiliarias. Lo que viene a ser que con esta certificación se acredita a la agencia de contar en su equipo con profesionales altamente cualificados para prestar los servicios necesarios.

Los API ejercen funciones de asesoramiento, gestión y mediación en las operaciones de compra venta, alquiler, permuta y cesión de bienes inmuebles. Se trata de una certificación que se recoge en el Real Decreto 1294/2007. Aunque dicha certificación no es necesaria para ejercer como agente inmobiliario, contar con cierta acreditación es sinónimo de garantía para los clientes.

Según los profesionales del sector, en España son cada vez más los agentes inmobiliarios, puesto que se trata de un sector en continuo crecimiento y de gran importancia para la economía nacional. No obstante, el hecho de aventurarse a comprar o vender una propiedad, supone para el cliente un movimiento enorme de capital económico. Razón por la que hay que pensarlo bien antes de lanzarse de cabeza. Como sucede en muchos otros sectores, existe mucho intrusismo laboral, por lo que es posible encontrar excelentes profesionales, pero siempre queda el riesgo de tropezar con supuestos agentes inmobiliarios que no son capaces de informar o trabajar como corresponde.

La creación de una titulación de este tipo por parte del Ministerio de Fomento, respalda el trabajo de los API que, junto a su certificación cuentan con un seguro de responsabilidad civil en beneficio del agente inmobiliario y, por supuesto, el cliente. Si en el momento de acudir a una agencia inmobiliaria compruebas las credenciales del agente inmobiliario puedes sentir la tranquilidad que concede la titulación, pues el colectivo y el ministerio, respaldan sus funciones y capacidades.

Teniendo conocimiento de este detalle, podemos decir que no existe mayor diferencia entre un agente inmobiliario y un agente de la propiedad inmobiliaria. Ambos son autónomos y su trabajo consiste en ayudar a las personas a encontrar inmuebles y gestionar la compra venta. Para ejercer la profesión es suficiente poseer unos conocimientos avanzados de los diferentes procedimientos administrativos, jurídicos y económicos propios de la misma. Al estar en posesión de este tipo de conocimientos, adquirir experiencia y contar con la fidelización de clientes inmobiliarios, el hecho de convertirse en un API, tan solo constituye un paso más en la profesión. Es decir, conseguir una acreditación oficial avalada por el gremio y el ministerio.

Para obtener el título que acredita a un agente inmobiliario como API, no es necesario cumplir unos requisitos demasiado exigentes aunque si hay que contar con titulación universitaria:

  • Ser mayor de edad.
  • Disponer de titulación superior universitaria.
  • No tener antecedentes penales.
  • No estar limitado por incapacidad que impida desenvolverse en las funciones.
  • Finalizar un curso de preparación.
  • Estar informado del Real Decreto 1294/2007 para conocer la regulación del mercado inmobiliario.
  • En el caso particular de Cataluña, hacer una inscripción previa en el Registro de Agentes Inmobiliarios con base a la Ley 18/2007 y el Decreto 12/2010.

Básicamente, si un agente inmobiliario quiere convertirse en API, basta con realizar un curso y obtener la acreditación. Dentro de las carreras universitarias más adecuadas para obtener dicha certificación, aunque no es un factor relevante, solo hay que disponer de titulación superior, vamos a citar las más útiles:

  • Derecho, debido a los conocimientos que proporcionan a nivel legal.
  • Finanzas y contabilidad, lo cual facilitara todo lo relacionado con las cuentas, balances, fiscalidad, etc.
  • Marketing y comunicación, que proporciona todo lo necesario para llevar el negocio a otro nivel gracias a la publicidad.
  • Psicología que, por extraño que resulte, facilita la conexión con los clientes. Entender el funcionamiento de las mentes de las personas y sus mecanismos, proporciona información de gran relevancia a la hora de llegar a ellos y venderles un inmueble.

El trabajo del API

Desde fuera, los agentes inmobiliarios, acreditados o no, parecen no tener mucha ocupación más allá de enseñar inmuebles y tratar de colocárselos a los clientes. Sin embargo, el día a día de un profesional del sector, no está exento de tareas de todo tipo que requieren además, estar en posesión de conocimientos técnicos relacionados con el sector, la legislación vigente o el funcionamiento de la fiscalidad, en todos los aspectos relacionados con la compra venta de inmuebles. Sin dejar a un lado el arduo trabajo comercial como la captación de viviendas que, además, requiere un extenso conocimiento de la zona y tener grandes dotes de relaciones públicas.

Por lo tanto, cabe destacar algunas funciones como la captación de viviendas. Seguramente se trate de una de las labores menos satisfactorias, pero sin propiedades en la cartera, una inmobiliaria no puede sobrevivir. Sin duda, se trata de uno de los trabajos más importantes dentro de las agencias inmobiliarias, a la vez que de los más complicados y menos agradecido. Las agencias inmobiliarias disponen de una o varias personas que se dedican a conseguir esas viviendas para después, pasar a otra de sus funciones: la compra venta y el alquiler de inmuebles.

Esta otra función del API, conlleva el conocimiento de unos cuantos detalles pequeños pero que deben ser tenidos en cuenta. Los agentes de la propiedad inmobiliaria, deben conocer los pormenores de viviendas, locales comerciales, terrenos urbanos, rústicos, edificios, garajes, etc. Todo esto, tanto a nivel local como regional y, por supuesto, general. El trabajo del API, consiste en acompañar al propietario, comprador o arrendatario a lo largo de todo el proceso. Debe hacerlo de una forma tan clara como transparente y, además, actuando como intermediario entre las partes.

Por supuesto, cuenta con otra labor bastante importante: el asesoramiento hipotecario. Son muy pocas las personas que tienen la posibilidad de adquirir su vivienda sin la necesidad de recurrir a las temidas hipotecas. En este sentido, un buen API, cuenta con un papel imprescindible, ya que muchos bancos, cuentan con una letra pequeñas que debe mirarse con detenimiento por un experto, para no caer en el error o la confusión que termine en perjuicio del solicitante de la hipoteca. Un API debe conocer al dedillo todos esos entresijos que se dejan ver en los acuerdos hipotecarios y, de esa manera, ayudar al comprador a tomar la mejor decisión posible para cerrar la compra de forma satisfactoria para todas las partes.

Aledaño a tema hipotecario, podemos citar los impuestos que el API conoce bien y sobre los que informará al comprador, vendedor, arrendador o arrendatario. Al mismo tiempo que se ocupa de realizar los numerosos trámites que deben realizarse para gestionar cualquier operación de compra venta o alquiler, así como las gestiones propias de la agencia inmobiliaria.

Para concluir, podemos señalar que los agentes inmobiliarios con acreditación como API, son una garantía de calidad en el servicio que ofrece una agencia inmobiliaria o si se trata de un profesional independiente, de sus funciones. La responsabilidad que sobre ellos recae se ve respaldada por la certificación que acredita que nos encontramos ante un profesional cualificado y comprometido con su trabajo.

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