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El aluminio, un material con proyección de futuro

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Cuando hablamos del aluminio como tal, nos estamos refiriendo concretamente al elemento químico que aparece en la tabla periódica de los elementos con el símbolo Al y al que le asociamos el número atómico trece. Se trata además de un metal no ferromagnético el cual es también el tercer elemento más común que encontramos sobre la corteza terrestre y es que los compuestos de aluminio forman un ocho por cien de la corteza del planeta y los podemos encontrar en la mayoría de las rocas, de la vegetación e incluso de los animales. También cabe destacar que este material es un metal plateado muy ligero, lo que lo convierte en una gran opción para su uso en multitud de lugares y esto ha desencadenado que poco a poco, se esté generalizando su utilización a lo largo del planeta. Por estos motivos que os adelantamos y los que a continuación os contaremos, empresas tan reconocidas como Aluminios Franco llevan más de cuarenta años dedicándose a la transformación de este material para adecuarlo a su uso en los diferentes sectores a los que podemos destinarlo por lo que su experiencia les convierte en referencia del mercado.

Tal y como os hemos adelantado en la introducción, el aluminio cuenta con multitud de usos, tanto domésticos como industriales y es por ello por lo que a continuación os pasamos a enumerar algunas de las utilidades más comunes que la industria le ha conseguido dar a las aleaciones metálicas de aluminio:

  • Se utiliza de forma común como material estructural de las aeronaves por su ligereza, aunque suponga un problema, y es que este material atrae a los rayos, no obstante, los aviones electrocargados ya evitan este problema, con lo que el uso del aluminio para construirlos es completamente seguro. Además de los aviones, coches, trenes de alta velocidad, tanques, metros, bicicletas y grandes buques forman sus estructuras con aluminio.
  • Embalaje de alimentos. Habitualmente solemos encontrar aluminio en latas, tetrabriks y en el propio papel de aluminio.
  • Estructuras portantes en edificios.
  • Carpintería metálica. En puertas, ventanas, armarios y cierres es común que veamos este tipo de material.
  • Calderería.
  • Recipientes criogénicos. Hasta un mínimo de -200ºC ya que, a diferencia del acero, este no presenta temperatura de transición dúctil a frágil, por lo que la tenacidad de este material es mucho mejor a bajas temperaturas.
  • Transmisión eléctrica. Un conductor de aluminio de una longitud y peso determinado es mucho más conductivo que el mismo en cobre y, además, más barato. No obstante, el cable de aluminio debería de ser más grueso. Por otro lado, su mayor ligereza reduce el esfuerzo que han de soportar las torres de alta tensión además de permitir que haya una mayor distancia entre torres lo cual abarata el montaje de la infraestructura. Asimismo, en el caso de la aeronáutica, este material está sustituyendo al cobre en la construcción de las nuevas aeronaves.

Los bienes de uso doméstico como los utensilios de cocina que usamos cada día, las herramientas con las que arreglamos los problemas que nos surgen en nuestro domicilio y un sinfín de cosas más, también tienen como elemento común el uso del aluminio en su constitución.

El aluminio, un gran aliado en las competiciones mundiales

Hace no muchos años, en todas las competiciones de las distintas modalidades deportivas que se daban cita a lo largo del mundo, se utilizaban, cuando era necesario, como en eventos de motor o ciclismo, materiales pesados para la construcción de las bicicletas, coches y motos, lo cual hacía que le piloto tuviera que ejercer una fuerza desmesurada para poder mover ágilmente su montura. Esto provocaba que los deportistas desfalleciesen al poco tiempo y es que por mucho que estuviesen preparados, el esfuerzo físico era demasiado importante, por lo que, con la normalización de los usos del aluminio, cada uno de los competidores ha venido experimentando mejoras substanciales y es que en el caso por ejemplo de las bicicletas, se ha conseguido bajar más de un kilo su peso, lo cual supone un gran avance. Si nos vamos al caso de las motocicletas y vehículos de competición nos encontramos que sus corazones, los motores, han pasado de ser de materiales muy pesados como el hierro fundido a usar aluminio, con lo cual, unido al uso de la fibra de carbono en su estructura, han hecho que la reducción de peso sea drástica, con la consiguiente mejora de rendimiento.

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