Se tapizan sillas, sillones, tresillos…

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… “Descalzadoras y todo lo que usted quiera tapizar…” A buen seguro que a más de uno y una le resulta familiar este chascarrillo. Fuimos muchos los que escuchábamos al tapicero por la ventana de nuestra habitación o incluso, en horas de colegio. En la actualidad, todavía es posible escuchar a estos trabajadores ofreciendo sus servicios por los barrios. Aunque la megafonía ha pasado a ser una grabación con voz de mujer. Poco más sabemos la mayoría sobre este oficio y sus virtudes. Tan solo que estos señores, venían a tú domicilio y dejaban el sofá y las sillas como nuevos. Al menos esa era la idea que se nos metía en la cabeza.

Han pasado los años y el tapicero, sigue estando presente en nuestras vidas. Ya no tanto de forma domiciliaria, como era habitual en tiempos pasados, pero se trata de un servicio que permanece y se considera necesario. Sobre todo ahora que la sostenibilidad y el hecho de dar una segunda oportunidad a las cosas, está a punto de convertirse en ley. Siendo así, ¿por qué no adentrarse un poco en este particular mundo y conocer algunas de sus características? Queremos aprovechar este artículo para acercarnos al mundo de la tapicería y saber algo más sobre todo lo que es tapizable o los tejidos más adecuados.

Puesto que no somos muy conocedores del oficio, nos hemos acercado a Mendoza Olmo Decoración, expertos en tapicería y muebles tapizados, para conocer de primera mano todo lo necesario. Aquellos que estén pensando en dar un cambio a la tapicería de su hogar, se trate de sillas o sillones, butacas o tresillos, sigue leyendo para conocer las diferentes opciones existentes a la hora de elegir la mejor tela para ese tapizado. En una buena elección, reside la mejora y la adecuada transformación del lugar en el que se encuentran los elementos tapizados. La cantidad de tejidos es muy amplia y variada, con variedad de texturas, estampados, terciopelos, linos…

Cambio de tapicería, cambio de apariencia

Todos sabemos que cambiar algún elemento de una estancia, contribuye a transforma la apariencia de la misma. Tapizar las sillas o el sofá, no es para menos. Con un buen tapizado, se transforma de manera instantánea esa apariencia. La diversidad de tejidos a tener en cuenta puede hacer sentir confuso a quien tiene que tomar la decisión, por lo que con esta información esa elección se tornará más sencilla, tanto si se trata de tapiar unas sillas o los muebles que desees.

De tal manera que antes de adentrarse en los tipos de fibras y tejidos existentes, conviene tener en cuenta otra serie de factores como la calidad del tejido o su tacto.

En cuanto a la calidad del tejido, es muy importante considera el uso que se le va a dar al mueble a tapizar. ¿Uso diario o decorativo? El tapizado debe ser más resistente en el primer caso, sobre todo cuando se tienen niños o animales. No es lo mismo la silla en la que nos sentamos continuamente que las que utilizamos cuando vienen las visitas. En estas, es posible utilizar tapizados más delicados.

Para reconocer la calidad de los tejidos, hay que tener en cuenta factores como la resistencia a la abrasión (capacidad para soportar el frote) y el desgaste o formación de pelotillas. Conocer esta capacidad es algo que viene determinado por el test de Martindale, referente en la industria textil. Se mide en ciclos y se clasifica de la siguiente manera:

  • Uso decorativo: diez mil ciclos o menos. Tapicería para cojines.
  • Uso ocasional o ligero: de diez mil a quince mil ciclos. Sillas o sillones decorativos o poco uso.
  • Uso moderado: de veinte mil a treinta mil ciclos. Sillas y butacas.
  • Uso intenso: de treinta mil a cincuenta mil ciclos. Sofás o sillones.
  • Uso muy intenso: cincuenta mil ciclos o más. Uso comercial, muebles muy utilizados.

Existe otro tipo de test para comprobar su calidad como el test de Wyzenbeek o doble frote, utilizados para cuantificar el desgaste que sufre un asiento por su uso continuo.

Sobre la textura y el tacto, se asocia directamente al tejido. A la hora de tapizar, existen tejidos de tacto agradable, suave y cálido como los de fibra natural, o con un tacto más frio, rígido y artificial, como los sintéticos. Aunque estos últimos, gracias a los avances tecnológicos cuentan cada vez con una textura más similar a los tejidos naturales.

Otro de los aspectos a considerar es el mantenimiento que requiere el tejido en cuestión. Es importante conocer algunos factores como su resistencia al sol o los animales, con la finalidad de prevenir su desgaste y mantener sus colores. Como es lógico, cada tipo de tejido cuenta con unas necesidades de limpieza y mantenimiento específicas.

También hay que tener en cuenta el estilo decorativo y escoger una tela que combine con el resto de elementos que componen la estancia. Desde colores neutros a colores cálidos o fríos, con diseños lisos o texturizados… todo va en los gustos y necesidades de cada uno y las posibilidades son numerosas.

Por último aunque en según qué casos puede que sea lo primero, hay que tener en cuenta el precio. En este sentido, podemos decir que el coste de las telas lisas o con motivos decorativos simples, son menos costosas.

Tipos de tela que podemos encontrar para tapizar

Dentro de los tipos de tela que se pueden encontrar en el mercado, este viene definido por el tipo de material y la forma del tejido. El material es el hilo o la fibra con el que se compone la tela. Existen por lo tanto, tres tipos de fibras o hilos: naturales, mezcla o sintéticas. Así mismo, es posible encontrar diferentes formas en las que se tejen estas fibras para formar la tela, lo que proporciona las diferentes texturas. A continuación vamos a profundizar en los tipos de fibras y telas más apropiados para la tapicería, así como sus tipos.

Como ya hemos comentado, los tejidos pueden componerse de fibra natural, sintética o mezcla. Por lo general, son preferibles los tapizados de fibra natural, debido a que poseen un tacto, resistencia y frescura singular. Aunque los expertos señalan en la actualidad, se añade un quince o treinta por ciento de fibra sintética a la natural para obtener un tejido con los beneficios añadidos que aporta la fibra sintética, como son el mejor soporte frente al desgaste del uso diario, la flexibilidad y su fácil limpieza.

Sobre los tejidos naturales, fabricados como es lógico con fibras naturales, poseen una gran resistencia, propiedades térmicas y son transpirables, frescos en verano y cálidos en invierno. Susceptibles a los hongos y microorganismos y cien por cien biodegradables.

Los tejidos sintéticos son fabricados, obviamente, con fibras sintéticas. Cada vez existe mayor variedad de fibras sintéticas, de mayor calidad y muy similares a las naturales. No transpiran tanto pero son más resistentes y de fácil mantenimiento. No sufren ataques de polilla o microorganismos ni son biodegradables.

En cuanto a los tejidos mezcla, contienen fibras naturales con fibras naturales o fibras naturales con fibras sintéticas. Aúnan las propiedades positivas de unas y otras para dar como resultado tejidos más versátiles, duraderos, resistentes y fáciles de mantener.

Los tipos de telas no se definen únicamente por el material, también se define por la forma del tejido que se obtiene mediante el cruce y enlace de los hilos. Es la técnica de tejer utilizada la que da como resultado tejidos con estructuras diferentes.

Dentro de estos tipos de tela, encontramos los más utilizados en tapicería que son bordados y brocados, ricos en detalles y efectos de volumen. Antiguamente, este tipo de tejidos se realizaba con hilos de oro, plata y seda.

Otro tipo de tela es la de damasco que se trata de un estilo clásico original procedente de la zona oriental de Siria, Turquía e Irán y solía ser de seda o algodón. Actualmente existen diferentes calidades y fibras para formar este tejido. Similar al brocado pero más ligero y sutil.

Más reciente es la tela de calidad Jacquard que se teje con un telar mecánico patentado por el francés Joseph Marie Jacquar en el siglo XIX. Contiene múltiples posibilidades de entramado e hilado, proporcionando tejidos de gran resistencia y versatilidad. Con este método para tejer se introdujeron los dibujos en relieve dentro del mismo tejido.

La chenilla se compone de algodón, poliéster, viscosa y otras fibras sintéticas que mejoran su durabilidad, erosión y resistencia. Se teje con una técnica especial denominada por igual, chenilla y el entramado de hilos cortos, confiere un aspecto similar al terciopelo pero menos costoso.

Por último, el terciopelo. Se trata del tejido más lujoso en cuestión de aspecto y con unas calidades de resistencia muy altas. Un tejido suave, suntuoso y cómodo, cuya característica esencial es su pelo corto y denso que proporciona una extrema suavidad y cambios de tonalidad al moverse. Sus hilos se distribuyen de forma uniforme y puede ser cien por cien de fibra natural como el algodón o la viscosa, sintética como el poliéster, o mezclado.

Ahora ya conocemos un poco más sobre las telas para tapizar y los aspectos que debemos tener en cuenta, llegado el caso de querer tapizar sillas, sillones, tresillos, butacas o lo que se nos ocurra.

 

 

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