Industrias que participan en la fabricación de una puerta.

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Para la fabricación de algo tan sencillo como una puerta, intervienen diferentes industrias, especializada cada una en una tarea concreta. Sin la colaboración de todas ellas no obtendríamos la pieza que cierra cada una de las habitaciones de nuestra casa o la vivienda en la que vivimos. Estas son algunas de ellas.

La fabricación de puertas está ligada a la construcción y reforma de viviendas. Como indica la Junta de Andalucía, el sector de la madera genera en nuestro país más de 100.000 puestos de trabajo. Está conformado, en su mayoría, por pequeñas y medianas empresas, con una mano de obra cualificada y en un proceso continuo de tecnificación.

Funciona con trabajos a medida, bien para particulares, otros fabricantes de muebles y para empresas constructoras. El tamaño pequeño de las empresas facilita una gran flexibilidad y adaptación a los encargos del mercado. Curiosamente, los fabricantes menos automatizados son los que más volumen de trabajo concentran, poniendo de manifiesto el carácter artesanal y de calidad de este sector en nuestro país.

Pero como hemos dicho, para que los carpinteros fabriquen puertas, no están solos, estas son otras ramas de la industria que colaboran con ellos.

Materias primas.

Es lo que se llama carpintería de primera transformación. Son los que proveen a los carpinteros y ebanistas de tableros y maderas.

La madera más utilizada en España es el pino. Se debe a su gran proliferación y a su relación calidad – precio. Variantes de pino como el Pino Radiata es 100% reciclable, por lo que se suele reutilizar para la fabricación de DM. La madera de abeto, por otra parte, es muy valorada para la fabricación de puertas de interior por su durabilidad y su tono claro. El roble se emplea para la producción de puertas rústicas, el haya para puertas resistentes de interior, y con fines más decorativos se utiliza el cerezo, por su tono rosado, la caoba, por su color oscuro y sus matices rojizos intensos, y el nogal, por su veteado ondulado.

Por su bajo coste también se emplean las planchas de DM para fabricar puertas. El fibro-panel de densidad media, como así se llama, son paneles de madera reconstituida que se obtienen descomponiendo madera en un desfibrilador hasta obtener serrín, se combina con cera y resina y se compacta a altas temperaturas bajo presión. Es un producto poco resistente a la humedad, que tiende a hincharse con el agua. Es ideal para lacados, dándole un acabado brillante. A diferencia de la madera, no le afecta la carcoma, y se encola con gran facilidad, debido a la porosidad de sus componentes.

Otro de los materiales para la fabricación de puertas es el contrachapado. Varias planchas de madera pegadas entre sí con resina, a una fuerte presión, a una temperatura de 140 grados centígrados. Mientras el DM es relativamente reciente y para su fabricación se emplea sobre todo pino, el contrachapado se viene utilizando desde el antiguo Egipto y se combina en él una gran variedad de maderas en función de la densidad y el aspecto que se quiere conseguir. Pudiéndose utilizar unas planchas de madera más bastas en el interior y otras más elegantes en la parte de fuera.

Industria química.

Para revestir la madera, protegerla de la humedad y darle un acabado final se fabrican una serie de productos químicos como barnices, lacas y esmaltes.

Los barnices cierran los poros de la madera y la protegen de la humedad y del efecto del agua. Proporcionan un acabado de lujo, respetando las vetas de la madera y resaltando sus tonalidades. Se aplican con brocha o rodillo y es un tratamiento para aumentar la resistencia y durabilidad de la madera. Añadiendo diferentes pigmentos se puede alterar la tonalidad de la puerta, manteniendo siempre su aspecto de madera. Suele estar compuesto por aceites o sustancias resinosas diluidas en un disolvente.

Los lacados, por otro lado, son pinturas sintéticas aplicadas con pistola que recubren la madera dándole un efecto brillante. No es resistente a la exposición solar, por lo que se utiliza solo en puertas de interior, y puede terminar decolorándose por la acción de los rayos infrarrojos.

A finales del siglo XX comienza a recubrirse las puertas con un esmalte de poliuretano. Finas capas de plástico que cambian por completo el aspecto de la madera, cubriendo la superficie como si fuera una pintura compacta. En la industria se aplica con pistola. Es resistente al agua, no así a las altas temperaturas, ni a los productos abrasivos de limpieza, que terminan decolorándolo.

Para proporcionar acabados más delicados se emplean materiales naturales como ceras vegetales o goma laca aplicada con pulidores.

Dentro de esta gama de productos químicos también se encuentran las colas y adhesivos.

Herrajes y fornituras.

Son elementos de metal necesarios para el montaje y operatividad de las puertas. En la actualidad, la mayoría de ellos se fabrican en latón, aunque también se emplea el acero inoxidable.

Son las bisagras, manivelas, manillas, pomos, cerraduras, etc. Según Mani-Grip, fabricantes de manivelas, estos accesorios, además de tener una función práctica, resaltan la belleza y la originalidad de las puertas.

Las bisagras son un elemento estructural de la puerta. Se utilizan para adherir la hoja al marco. Gracias a ellas se mueve la puerta sin que haga fricción con el suelo. Se venden al carpintero y esta las utiliza niqueladas o doradas haciendo juego con la placa de la cerradura y la manivela.

Las cerraduras son de acero dulce o de latón y van empotradas en el canto de la puerta. Las coloca el carpintero excavando la cavidad necesaria para instalarla y taladrando los orificios necesarios para colocar la manivela. La cerradura contiene un resbalón que sobresale de la superficie del canto y queda incrustado en un hueco excavado a su misma altura en el marco, protegido por una placa.

En la caja de la cerradura hay una nuez o cuadradillo, que consiste en un hueco que atravesará el eje que une las dos manivelas. Las manivelas tiene la función de desplazar el resbalón para poder abrir la puerta. Son palancas que regresan siempre a la posición original gracias a un resorte metálico interno que funciona como muelle. Las manivelas tienen forma anatómica, deben cogerse fácilmente con la mano y desplazar el pestillo con el mínimo esfuerzo.

Desde la época del renacimiento, estos accesorios metálicos han cumplido una función estética, a la par que práctica, resaltando la belleza de las puertas en las que estaban incrustados. Existen una gran variedad de diseños que embellecen tanto la puerta como la madera utilizada en su fabricación o el lacado empleado en el revestimiento.

Los retos del sector.

España tiene una larga tradición en la fabricación de muebles y puertas, y un reconocimiento internacional. Comarcas de Valencia, Cataluña, Andalucía o Manacor (en Mallorca) se han dedicado tradicionalmente a la industria del mueble. Después del varapalo que supuso la crisis del 2008, en el que cerraron 4000 empresas, el sector mantiene un crecimiento sostenido del 5% anual.

Es un sector que sigue manteniendo la producción en España, que crea puestos de trabajo, y que exporta producción. Sin embargo, el mercado está siendo invadido por muebles y puertas de baja calidad fabricadas en el tercer mundo, comercializadas por multinacionales europeas. En un artículo escrito por el empresario Felipe Landero, publicado en el periódico El Economista, opina que el sector tiene el reto de aumentar su crecimiento, manteniéndose firme en la calidad, el diseño y la originalidad.

Sin ser una industria altamente mecanizada, ni concentrada, dispone en nuestro país de una mano de obra cualificada y de una calidad demostrada a lo largo de los años. Una baza que debe aprovechar tanto en el mercado nacional como en el europeo.

No todos los consumidores están dispuestos a pasar por el aro de los muebles y puertas Low Cost, que aparte de mantener siempre la misma línea decorativa, ofrecen un producto con poca vida útil, que no hay más remedio que sustituir pasados unos años. Es en la calidad en donde debe competir el sector de la madera español. Manteniendo ese espíritu artesano de cuidar los detalles, de trabajar los buenos materiales, y no los sucedáneos, y de intentar complacer los gustos y aspiraciones de los clientes. Con el carácter del profesional que realiza los encargos a medida y no en serie como si estuviera fabricando bolsas de plástico.

El sector del mueble, no es solo importante por lo que genera, sino también por el resto de industrias de las que se nutre, que a su vez mueven la economía del país. Instaladores, barnizadores, pintores, fabricantes de herrajes, cerrajeros. Un sector que genera riqueza y que puede actuar como un motor económico marcando las reglas y compitiendo en ese sector del mercado en el que se encuentra cómodo.

Para fabricar una puerta, no solo es necesario el carpintero. Intervienen otras actividades productivas, incluidos el sector del transporte, el comercio y el embalaje, que no hemos mencionado en este artículo. La compenetración de todos ellos son los que hacen posible que tengas puesta la puerta que tienes en tu casa.

 

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