Todos hemos escuchado las expresiones que dicen “la experiencia es un grado” o “sabe más el demonio por viejo que por demonio”. La verdad es que estoy muy de acuerdo. Esas citas, que tanto hablan nuestros padres y abuelos, tienen mucho de verdad. Forman parte de la gran sabiduría popular que, a lo largo del tiempo, ha formulado dichas sentencias a partir del funcionamiento de nuestra sociedad. Y es algo que está muy presente entre nuestros profesionales.
La experiencia siempre está presente en nuestra vida. Por ejemplo, el conductor que se acaba de sacar el carnet de conducir, el novato, tiene que llevar la L de conductor novel. En las ofertas de trabajo siempre hay un apartado reservado a “valorar la experiencia”. Una vez que ya estás trabajando, el salario aumenta dependiendo de los años de experiencia. Son los famosos, trienios y quinquenios. En la sociedad también está presente. La opinión de las personas con experiencia siempre son tenidas en cuenta. Ya que se entiende que son aportaciones de conocimiento y sabiduría. Por eso no entiendo cuando hay partidos políticos que se niegan a escuchar estas voces, y apuesta por la juventud.
Yo aún recuerdo cuando pedía consejo a mis abuelos porque pensaban que ellos eran los que tenían más experiencia en estas lides. Ahora bien, también tenemos que ser conscientes de que en la vida hay que saber amoldarse a los nuevos tiempos.
Los jóvenes
La juventud está bien. Pero en ocasiones se ven las cosas de otra manera. Es una época salvaje, de comerte el mundo, pero lo que te aporta la experiencia es la mejor forma de ver las cosas que puede existir. Sin prejuicios es como vives tu propia vida y vas conociendo eso que te hubieras perdido de seguir ciegamente los caminos marcados por otros, vas acumulando experiencias y deseas no dejar de vivir otras nuevas. Ahí está la diferencia entre madurar y envejecer. Conozco personas más viejas que Matusalén que no han llegado a los cuarenta y abuelos más jóvenes que alguno de sus nietos. Además, algunos emprendedores tienen éxito en su primer proyecto, aunque lo más habitual es fracasar, por lo que aprender de los errores es importante para desarrollar los proyectos.
Mi artículo de hoy es para poner en valor la experiencia en los profesionales. En las personas que tienen ganas de seguir aprendiendo. Esos profesionales que no dudan en reciclarse o reinventarse para seguir en primera línea de su sector. Me viene a la cabeza esa gente que aunque tiene más de 40 años decide apuntarse a una academia para sacarse el graduado escolar o para acceder a la universidad. Las universidades españolas se han adaptado en los últimos años al llamado Plan Bolonia (Espacio Europeo de Educación Superior) que conlleva dos cambios fundamentales en la formación universitaria. “El alumno desarrolla con las máximas garantías su formación de cara a las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 y 45 años”, explican desde accesouniversidadmayores25.com.
Abrir la mente, atreverse, creer en uno mismo y quererse, algo tan fácil en la teoría pero no tanto en la práctica, es lo que hace que llegue ese momento de la vida en el que puedes hacer tantas cosas sin culpa, pena, drama o remordimiento porque sabes lo que haces y asumes las consecuencias.
El perfil
Y es que el perfil de la mayoría de los emprendedores españoles responde a una formación universitaria, sobre todo en las ramas de ingeniería y ciencias sociales. Se aconseja a los emprendedores que sean flexibles y afronten los problemas desde distintos ángulos, y sobre todo con perseverancia y pasión, factores más importantes incluso que la formación en un ámbito concreto.
Hay que tener claro que triunfar a la primera no es fácil. Los emprendedores son conscientes del trabajo y el esfuerzo constante necesarios para lograr el éxito sin olvidar, por tanto, qué corporaciones apuestan por la innovación para incrementar la visibilidad de su startup.
Ahora ya has visto que la experiencia de los profesionales es vital para llevar a cabo un proyecto. No cabe duda que lo fundamental es tener experiencia y conocer lo mejor posible el sector al que te quieres dedicar, sin embargo, las empresas sí suelen valorar una formación básica para sus empleados, por ejemplo, en muchos puestos de trabajos se exigen que los profesionales sean licenciados/graduados/ o técnicos superior, aunque esta titulación no corresponda exactamente con la función que se desempeñará en la empresa, pero sí se contará con gran experiencia previa en el sector.