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Café, pan y bollería de la mano

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Tomar una buena taza de café junto con un bollo es un delicioso menú para endulzar nuestro paladar a primera hora de la mañana e incluso a media tarde. Un menú que, sin duda alguna, nos ayuda a sobrellevar nuestro día y nos confiere la energía necesaria para afrontarlo de la mejor manera posible.

Sin embargo, no sería justo decir que cualquier café o bollo está igual de bueno. En esto, como en muchas otras cosas, los hay mejores y peores y todos andamos suspirando por los productos mejor valorados y que tengan un toque de originalidad que marque su diferencia con respecto de los demás. En la mayoría de casos, un poco de inventiva es suficiente para llamar la atención.

Al menos ese es mi punto de vista. Soy un gran amante de esos momentos de bollo y café. Creo que, sumados a la mejor compañía, constituyen uno de los momentos más relajantes y placenteros de nuestro día a día. Por eso es necesario disfrutarlos al máximo y que lo que consumamos sea de la mejor categoría. Esto es lo que siempre procuro a la hora de seleccionar la tienda de donde obtengo mis productos.

Esa tienda es El Molí Pan y Café. Desde que llegué a Alicante a vivir estaba deseando encontrar un lugar como este para poder disfrutar del mejor pan, los mejores bollos y un café de primera calidad. Sin embargo, no había tenido suerte hasta que uno de mis compañeros de trabajo, cuyos gustos eran similares a los míos, me recomendó encarecidamente que visitara una de estas franquicias de panaderías.

Cuando lo hice, he de decir que terminé encantado. Los tiernos bollos se deshacían en mi boca. El café, por su parte, era muy cremoso y me acuerdo especialmente de un detalle: tenía dibujos realizados con sirope. Una muestra de esa originalidad que creo que mucha gente demanda y que a mí terminó por cautivarme completamente.

Otra de las cosas que me impresionó fue el precio. La primera vez que visité el lugar tenía la sensación, dada su exclusividad, que se trataba de un sitio caro. Sin embargo, al pedir la cuenta me sorprendí porque la verdad es que ésta no difiere demasiado con respecto a otros lugares donde la calidad del producto y del servicio es a mi juicio bastante inferior.

Un pan exquisito

El servicio de panadería está al mismo nivel que el del café o los bollos. Desde que descubrí El Molí Pan y Café acudo allí también para adquirir el mejor pan con mucha diferencia de toda la ciudad. Pero la variedad del pan que se ofrece la he ido descubriendo de un modo más progresivo.

Empecé comprando el pan que siempre me había gustado: una barra que se caracterizara por tener mucha miga y cuya corteza fuese blanca y suave. En toda mi vida apenas había comido pan que no se pareciera al que acabo de describir, por lo que el hecho de que me resultara deliciosa no era nada fuera de la normal.

Empecé a valorar mucho más la calidad del pan cuando varié. En una ocasión vino a Alicante mi hermano, al que no veía desde hacía algunos meses a causa de que tiene su residencia habitual en Toulouse, Francia. En cuanto me acompañó a hacer la compra y fuimos a por el pan, me recomendó que comprara el de cereales, el cual ya había probado y le había seducido. Cuando lo hube degustado, le comprendí. Un sabor auténtico y artesanal me invadió. Estaba realmente delicioso. Aquel fue un punto de inflexión. En la actualidad compro varios tipos de barras de pan en El Molí y la verdad es que me sorprende la versatilidad de sus trabajadores a la hora de confeccionar tantos tipos. Es una verdadera suerte tenerlos cerca de casa.

 

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