Seguro que ya estás harto de escuchar eso de que crisis en japonés significa oportunidad. Cuando todavía algunos no se habían recuperado de la famosa crisis de 2008, llega la del COVID-19. Se avecinan tiempos complejos. Y aunque pueda sonar a tópico, solo las empresas que se sepan reinventar van a poder salir vivas de esta. Es curioso ver como desde que todo comenzó en marzo, son muchas las que han intentado buscar otro nicho de mercado. Sin duda, esas empresas nunca tendrán problemas.
Cuando en el mes de marzo poco o nada sabíamos de este maldito virus, tuvimos las primeras noticias sobre las necesidades que estaban teniendo en las urgencias. Los respiradores eran fundamentales para que las personas pudieran sobrevivir. Así es como la Seat uso la cadena de montaje del subchasis para hacer los respiradores. Hasta 13 prototipos se fabricaron hasta dar con el modelo ideal: el OxyGEN. Más de 600 respiradores se entregaron al Ministerio de Sanidad. Los pedidos cesaron, pero la maquinaria está lista para ponerse en marcha en cuanto sea preciso, en caso de posibles rebrotes.
Un ejemplo muy claro lo tenemos en la empresa La Casa de los Disfraces. Como su nombre indica, está dedicada a la venta de disfraces. Sin embargo, en esta época poco ha habido que festejar para disfrazarse. Fue en ese momento cuando dieron una vuelta de tuerca a su negocio y decidieron reinventarse. Ahora en su página web podemos encontrar que vende artículos relacionados con el coronavirus. No faltan las mascarillas, ahora obligatorias para ir por la calle, decoradas. Tampoco el kit de protección facial o un bacteroline Higienizante, que está indicado para prevenir la proliferación de virus y bacterias consiguiendo una rápida higiene de manos. Con ello termite limpiar las manos en cualquier lugar, incluso cuando no se tiene un baño cerca.
Diseño
Y este no es el único caso. Por ejemplo una empresa de diseño y costura, que hacía trajes de novia decidió dar un giro. Estaba claro que este año bodas no iban a tener, así que decidió confeccionar un montón de mascarillas. Visionarios que fueron, porque ahora han arrasado en ventas. Así puedes tener una mascarilla con estilo propio.
Algo parecido ocurrió con la Once. Allí tenían 9 impresoras 3D con las que trabajadores de la Fundación ONCE producen pantallas protectoras y salvaorejas (tiras para evitar las rozaduras que producen las mascarillas). Así que se pusieron a disposición de Coronavirus Makers», la comunidad virtual de más de 15.000 aficionados a la impresión 3D y seguidores de la filosofía DYY (do it yourself, ‘háztelo tú mismo’), los cuales han fabricado y entregado más de 350.000 viseras. Y es que antes de esta crisis, nadie sabía para qué podían servir las famosas impresoras de tres dimensiones.
Hoteles
En otros casos, los hoteles que tuvieron que pagar su actividad se reconvirtieron en hospitales que han servido para poder paliar gran parte de la carga que había en urgencias. Es cierto que lo han hecho de manera altruista, pero también les ha servido para salir de su zona de confort.
Es el caso una startup que funcionaba como servicio de niñeras a domicilio que en esta cuarentena se han dedicado a dar clases por videollamada, ha facturado en el mes de marzo lo mismo que durante todo el año 2019. Por otro lado, dos empresas especializadas en servicio de catering para empresas, han dirigido sus servicios a los sanitarios. Destinar la comida a los sanitarios es una de las iniciativas más comunes que han surgido en esta época de crisis. Y eso que el sector de la restauración es una de las que más ha padecido todo esto.
Las empresas de nuevas tecnologías también han puesto su granito de arena en esta crisis sanitaria. Han sido muchas las que se han encargado de desarrollar un software basado en Inteligencia Artificial para analizar electrocardiogramas para diagnosticar alteraciones de la actividad eléctrica cardíaca y arritmias para así detectar de forma temprana problemas cardíacos. Esta startup también se ha reinventado, ha orientado su actividad hacia aquellos pacientes que debido a esta crisis han sufrido la cancelación de citas ya programadas de cardiología en hospitales y también hacia aquellos nuevos necesitados.
Acabas de comprobar como son muchas las empresas que han visto en esta crisis una oportunidad. Está claro que ha sido un golpe muy duro. Pero ahora mismo quedan dos alternativas. O quedarte en casa llorando y maldiciendo al covid-19, o echarle valor, mirar hacia adelante y pensar qué se puede salir. ¿En qué parte te quedas tú?